Affinity grouping (agrupación por afinidad) es una dinámica colaborativa muy sencilla y práctica enfocada a generar y organizar ideas de acuerdo a sus similitudes. Se puede aplicar en diversas etapas educativas y/o equipos de trabajo, y se usa habitualmente para resolver problemas y construir diagramas de ideas relacionados con un tema concreto. La idea fundamental es proporcionar una herramienta de diálogo, consenso e intercambio de conocimiento.
Para poner en marcha las “mentes colaborativas”, la agrupación por afinidad es una dinámica con estupendos resultados. Si se es amigo del trabajo en grupo, se tiene la sensación de haberse aplicado previamente de alguna forma: ideas, intercambio de información y presentación de la organización de la mismas. Sin embargo, lo que permite sacarle el máximo partido es partiendo de un diseño adaptado al contexto donde se va a llevar a cabo: la forma en que se configuran los grupos, el tiempo, la forma física de representar las ideas o, si fuera necesario, de prolongar la dinámica, son algunas de los aspectos a tener en cuenta.
Le tengo especial cariño a esta forma de “agitar” la colaboración pues la he podido aplicar en muy diversos espacios y de diversas formas y variantes. Siempre me ha resultado útil para generar conjuntos de ideas con la finalidad de ayudar al grupo a construir espacios de consenso en relación de un tema o un problema determinado.
Otro aspecto importante y a tener en cuenta es el rol del profesorado, del que ya hablé en una entrada en este blog. En este caso propongo algunos consejos:
- Clarificar el contexto y las reglas: Explicar bien la dinámica, la meta, el tema, la temporalización o los problema que pueden surgir relativos al trabajo individual (como, por ejemplo, que la redacción sea comprensible) y en grupo.
- Mayor o menor participación: En función de como se desarrolle la dinámica, dependiendo de la etapa y de la edad de los participantes, podemos ser más o menos participativo cuando les ayudamos a crear nuevas ideas o durante la organización de las mismas. Debemos tener cuidado de nos ser demasiado invasivos, o por el contrario, poco participativos. Siempre hay que buscar el equilibrio.
- Observar la interacción: Es importante observar la dinámica de cada grupo, identificando la falta de equidad en la participación. Así mismo debemos prestar atención al lugar donde se lleva a cabo el trabajo colaborativo. Conviene llevarlo a cabo en un lugar cómodo y donde no se solapen demasiado las voces de otros que hagan interferir e influir nuestro trabajo.
En definitiva, agrupación por afinidad es una dinámica comodín que puede reportar resultados maravillosos y efectivos si se aplica correctamente. En esta ocasión he creado una infografía sencilla donde expongo las diferentes fases de la dinámica y aspectos a tener en cuenta de forma genérica. Luego ya sabéis que su variantes puede ser infinitas. Tantas como grupos y contexto de grupo existen.
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