Así, la historia de la pedagogía es más una historia de amor que una historia de materiales didácticos. ¿Cómo podemos mover la posición autoritaria de enseñar hacia aproximaciones más generosas de compartir? ¿Cómo podemos repensar los formatos convencionales de actividades y escuelas, y así redescubrir la inevitable idea de placer? (Parallel school)
En relación a esto, me gustaría referenciar el proyecto Parallel School como un caso paradigmático y muy vinculado a la idea y práctica de posicionamiento, compromiso y colaboración que se expone en la anterior reflexión, pero también como proyecto de autoformación alternativa. Su historia comienza a partir de unas cartas de los alumnos de la ENSAD (Ècole nationale superièure des Arts Décoratifs) a los alumnos de la RCA (Royal College of Arts) que se cruzan para buscar espacios de discusión e intercambio. De este proceso nació la propuesta Parallel School, un proyecto con un interesante posicionamiento que actualmente se sitúa en un marco no institucional y autogestionado relacionado con una amplia variedad de propuestas vinculadas con el arte y el diseño.
Todo el conjunto de procesos de enseñanza y aprendizaje que configuran una acción educativa da como resultado el currículum, que lo compone a su vez un sistema de representaciones que no posee ni verdades, ni realidades absolutas y que está sometido a múltiples variables que lo hace maleable, mutable y heterogéneo al mismo tiempo. Si por otra parte colaborar significa la unión de unas personas para formar una comunidad flexible que se sitúa en un territorio de búsquedas individuales y colectivas, en pos de una meta común; entonces podemos entender que el currículum de una práctica artístico-pedagógica, no es más que la suma de acciones experienciales en un contexto de intercambio colaborativo en diferentes niveles: orales, visuales, escritos; pero también afectivos y emocionales.
En su manifiesto (Parallel School, s.f.) afirman que: nosotros queremos traer gente de diferentes lugares y áreas para compartir conocimiento, conectar e iniciar proyectos, publicaciones, encuentros y talleres.
- Parallel School no pertenece a nadie
- Parallel School no tiene localización
- Parallel School no es enseñanza
- Parallel School es aprendizaje
Como ellos mismos defienden facilitan espacios sin jerarquías, autónomos y con un carácter abierto a cualquier propuesta que venga del exterior, lo que proporciona un posicionamiento firme no solo con la educación, sino con ellos mismos construyendo puentes para la renovación desde micro-espacios de creación y aprendizaje colaborativo.
Si nos retrotraemos a una de sus primeras experiencias llevadas a cabo en 2010 Pararallel School Berlin Workshop, comenzaron plasmado en una publicación sobre la experiencia que había supuesto el workshop de esta manera la idea de la propuesta que iban a llevar a cabo:
Así, la historia de la pedagogía es más una historia de amor que una historia de materiales didácticos. ¿Cómo podemos mover la posición autoritaria de enseñar hacia aproximaciones más generosas de compartir? ¿Cómo podemos repensar los formatos convencionales de actividades y escuelas, y así redescubrir la inevitable idea de placer? (Parallel school, s.f.).
Esta afirmación y cuestionamiento apuesta por un posicionamiento por el cual los participantes asumen sus limitaciones y curiosidad (en relación a la educación y el diseño en este caso) como un potencial creativo, y no como un miedo consecuente del castigo por sentirlo. Según qué formas y cómo afrontar este intercambio, dicho potencial puede canalizarse hacia espacios más ricos de acción pedagógica. En el caso de este taller se presenta con la idea de que cualquiera de las personas que participasen tenían un espacio para compartir al resto sus habilidades. Esto podía ser mostrado en forma de clase magistral, proyección, lectura compartida, actividad, escritura, performance, dibujo, etc. Cualquier forma era buena para presentarlo, y de esta manera articularlo en diferentes vías de conocimiento, experiencia y energía que finalmente fueran unidas en una publicación producida por los propios participantes.
La experiencia probablemente se pueda considerar «joven», es decir, imperfecta y criticable. Sin embargo, encarna un deseo común para el aprendizaje sin límites geográficos ni presión ni jerarquías, lo que permite el fracaso, el ocio y el placer de mostrarse. Si cambiamos el enfoque del acto de enseñar al de compartir, intercambiar se convierte en una necesidad más que una posibilidad, y el compromiso nace de la asunción del carácter fundamentalmente mutable y abierta de los roles de profesor y alumno.
Cada participante explora sus propias expectativas, inició una actividad tratando de enseñar o para hacer que otros descubrieran algo y finalmente terminaron participando en una actividad iniciada por otra persona. El poco tiempo dedicado a cada actividad condujo naturalmente a una mayor espontaneidad y curiosidad ingeniosa que a una preocupación por la sistematicidad. En cualquier caso, o tal vez precisamente por eso, este fue sin duda una experiencia de trabajo alentador y motivador a través del cual los intereses egoístas en la educación se transformaron en un proceso colectivo generoso de compartir (Bonnet y Dâmaso, 2010).
¿Cómo se puede obviar ante estas experiencias que la educación en artes visuales debe redimensionar sus prácticas pedagógicas hacia otros espacios más colaborativos y horizontales? ¿Cómo no se puede afirmar que ante cualquier propuesta que esté al alcance como orientadoras, participantes o colaboradores no se necesita de un posicionamiento o manifiesto firme antes de ejecutarlas?. Parallel School nace desde un contexto institucional, en una situación social de transformaciones que son reflejo de la necesidad de posicionamientos pedagógicos alternativos sólidos, críticos e interdisciplinares donde poco a poco y a través de prácticas autogestionadas vayan articulando una red proactiva y renovadora alejada de la presión social tradicional del individualismo y la especialización. Parallel School emerge desde un espacio entre disciplinas, como una aproximación que solo puede aportar beneficios pedagógicos desde la colaboración creativa (Millar, 2013).
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** Extracto adaptado de mi tesis doctoral: “Ambientes de aprendizaje colaborativo en comunidades artístico-pedagógicas” publicada en Julio de 2015. (p. 147 – 152)
Fuentes:
Bonnet, S. y Dâmaso, M. (2010). Parallel School Berlin. Recuperado de: <http://sa-m- ael.com/index.php?/publications/Parallel-school-Berlin/>.
Millar, L. (2013). Collaboration: a creative journey or a means to an end?. En A. Ravetz, A. Kettle y H. Felcey, Collaboration though craft (pp. 22-30). Londres: Bloomsbury.
Parallel School (s.f). About parallel School. Recuperado de: <http://parallel- school.org/about>.
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